Las paredes pintadas por Sylvie Fleury inspiran un taller de perfume
El MRAC, el Museo Regional de Arte Contemporáneo, situado en Sérignan (Francia), inauguró el pasado mes de octubre una nueva exposición de la artista suiza Sylvie Fleury titulada Thunderb. Como parte de esta exposición, me invitaron a impartir un taller de creación de perfumes para adolescentes y adultos.
A lo largo del recorrido, descubrimos marcas de lujo transformadas en obras de arte.
El tamaño desmesurado de estos iconos del marketing en las paredes del museo parece resaltar la exageración de los discursos que estereotipan y fomentan la uniformidad según un modelo imaginario de "cool".
Usadas como vectores de "género", los equipos de marketing de estas marcas de belleza trabajan incansablemente para vendernos la idea que una mejor versión de nosotros mismos es inalcanzable sin sus productos...

Durante mi visita preliminar a la exposición, elegí los murales pintados por Sylvie Fleury como inspiración para el taller de perfumería que iba a impartir en el museo. Están compuestos de la iconografía de perfumes de los años 90 en formato XXL, como ANGEL - ETERNITY - C'EST LA VIE - OBSESSION - ENVY - JOY.


Más allá de las imágenes y del impacto que estas palabras pretenden tener en nuestra imaginación, me dediqué, de vuelta en mi taller de perfumería, a seleccionar los ingredientes olfativos que estarían a disposición de los participantes del taller práctico. Busqué información sobre los ingredientes de los perfumes de estas marcas, que resultaron ser en su mayoría los mismos: frutas, flores, azúcar, adictivos, dulces, regresivos...
Llegó el día del taller. Estuve preparando la sala antes de que llegaran los participantes.

Primero nos desplazamos todos con la mediadora del museo al espacio de exposición para descubrir las paredes pintadas, inspiración del taller.

De vuelta en el taller, detallé las varias fases del taller creativo.

Primero distribuí tiritas a los participantes de cada uno de los ingredientes disponibles para este taller, recomendándoles que anotaran sus sensaciones en su hoja de formulación.


Una vez hayamos olido todos los ingredientes, comenzó la fase de composición. Divididos en cinco grupos, se acordaron en los ingredientes que querían usar. Revisé la fórmula de cada grupo y les recomendé aumentar o disminuir la cantidad de ciertos ingredientes para que la fórmula se ajustara a su idea.

Luego empezaron a "pesar" los ingredientes del primer ensayo en un mini frasco pulverizador utilizando frascos cuentagotas.

Olí el primer ensayo de cada grupo, los guié sobre una posible modificación de su fórmula, o les recomendé que comenzaran con una fórmula completamente diferente si estaban satisfechos con su creación.

Luego llegó el segundo y tercer ensayos, que también olí con cada uno de ellos.
Al finalizar la fase de composición, cada participante eligió su ensayo favorito, que pesé con mi balanza de precisión en un frasco pulverizador que se llevarían a casa como recuerdo del taller.

Fue un momento agradable compartiendo y transmitiendo mis conocimientos.
