Me acuerdo...
Me acuerdo esa primera mirada a tu cuna.
Me acuerdo la sensación del aire acariciando mis piernas.
Me acuerdo estos sellos de países lejanos.
Me acuerdo el olor a cocina de mi abuela.
Me acuerdo sacar a los patos para que comieran caracoles.
Me acuerdo esta presión en mi muslo.
Me acuerdo comer todas las magdalenas.
Me acuerdo haber leído El Principito en el sofá.
Me acuerdo cabalgar sin silla sobre un caballo blanco.
Me acuerdo comer peras silvestres.
Me acuerdo tu postal después de bailar la muerte.
Me acuerdo el sabor de la mantequilla artesanal.
Me acuerdo dibujar el castillo.
Me acuerdo mi alegría cuando recibí tu larga carta.
Me acuerdo cruzar un túnel de 2 km.
Me acuerdo haber recogido violetas silvestres.
Me acuerdo nadar en medio del mar Mediterráneo.
Me acuerdo comer un pollo bicicleta.
Me acuerdo el terremoto.
Me acuerdo la belleza de un jardín zen.
Me acuerdo haber visto películas de Hitchcock sóla por la noche.
Me acuerdo haber soñado con castillos en España*
Me pregunto qué tipo de recuerdos estamos creando todos los días en este entorno donde el uso excesivo de las redes sociales nos mantiene en un estado de hipnosis generalizada. ¿Recordaremos todos estos programas de televisión que vemos de forma pasiva? Me temo que casi nada quedará en nuestros recuerdos.
Crecí comiendo frente a la televisión, llené mis tardes con programas de televisión. Hace un año, decidí terminar con todo. Aunque me encanta leer, apenas he tenido tiempo de abrir un libro en los últimos años, y todo mi tiempo libre es absorbido por estas actividades pasivas.
Así que finalmente me dije "¡Alto!" pero todavía con esa sensación de mareo y miedo al aburrimiento. Pero fue todo lo contrario. De repente encontré el tiempo que había perdido. ¡Y qué sensación tan agradable de leer de nuevo!
Apagar la televisión fue mi última acción, después de limitar el uso de las redes sociales al mínimo hace unos años.
Lleno mi tiempo de belleza, de momentos de la vida real, de libros que abren mi mente y de historias visuales que imagino y capturo con mi cámara.
*Inspirado en el libro Me acuerdo por Georges Perec