Analogías entre fotografía y perfumería
Después de una infancia y adolescencia durante las cuales aprendí a escapar de la realidad, tuve la oportunidad en 2000 de iniciarme en el misterioso mundo de la perfumería.
Recuerdo la fuerte impresión que me dejó la primera vez que tuve la oportunidad de hablar con un perfumista. ¿Cómo podía recordar el olor de tantos ingredientes? ¿Cómo lograba detectarlos a todos en un perfume? ¿Hay un secreto detrás de esto? No, ningún secreto, pero mucho trabajo y experiencia. Cuanto más descubría el sector, más me fascinaba.
Se suele comparar mucho la música y la perfumería, los dos sectores usan notas para crear una pieza musical o un perfume. Como fotógrafa, puedo decir que la fotografía y la perfumería también tienen muchas similitudes. Vamos a descubrirlas.
No vemos los olores. Al ser invisibles, llevan una especie de espiritualidad. No los vemos, pero ahí están. Algunos dejan tal impresión que los recordarán de por vida. La fotografía también tiene su parte de misticismo. Captura momentos fugaces para que duren para siempre.
Durante el proceso de creación de un perfume, el perfumista juega con los diferentes ingredientes de la fórmula para encontrar el equilibrio perfecto que corresponda a la historia que desea contar, enfatizando ciertas notas mientras dejando otras en la oscuridad. Al igual que el fotógrafo juega con la luz y la sombra.
El poder evocador de un perfume es en todos los aspectos similar al de una imagen. El olor nos hace recuerdar un lugar o una situación. El lugar o la situación que es el tema de la fotografía nos transporta a lo sucedido en ese momento y, a veces, al olor asociado.
Mientras que un perfume transforma a la persona que lo usa, una imagen transforma el mundo en el que vivimos a través de la visión del fotógrafo.
En Japón, escuchan las fragancias. Este ritual se conoce como Kodo. Los perfumes tienen algo que decir, al igual que las imágenes. Nos cuentan mucho sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.
La fotografía y la perfumería, en sus formas artísticas, hablan a nuestros corazones, a nuestras emociones. Son vehículos maravillosos para contar historias.
Y así es como me defino: soy una narradora, sea cual sea el medio que use: fotografía o perfumería.
Bienvenido.a en mi mundo !